S. Zizek

Slavoj Zizek

Zizek (64 años) es un filósofo, historiador y crítico cultural esloveno. Su trabajo incluye diversos tópicos como el psicoanálisis y el marxismo, alcanzando el reconocimiento internacional con "El Sublime Objeto de la Ideología" (información en base a Wikipedia).

Alonso Román presentará el libro "Living in the End Times" (2011).


Viviendo en el Fin de los Tiempos
Slavoj Žižek


La Malicia espiritual en los cielos o paraísos

La caída del muro hace 20 años nos trae varias preguntas y de ellas surgen varios procesos: Anticomunismo ferviente, Derecha populista y una melancolía por el Comunismo y el Estado Proveedor perdido. Es claramente obvio que entre la gente que protestaba contra los regímenes comunistas en Europa Oriental, la gran mayoría no pedía una sociedad capitalista. Ellos querían seguridad social, solidaridad y justicia; ellos querían la libertad de decir lo que pensaban, libertades generales, etc.. Querían un socialismo con cara humana. ¿Cómo colapsaron estas esperanzas? Se debe a la falta de capitalismo real (el pueblo no poseía la verdadera imagen de lo que era) .

El paradigma bipolar típico de la centro-izquierda social demócrata y la centro-derecha conservadora está siendo reemplazada gradualmente por una nueva bipolaridad entre la política y la post-polìtica: El partido tolerante multicultural tecnócrata liberal de administración post-política y su contraparte populista de derecha.

La premisa de este libro es simple: El sistema capitalista esta llegando a un punto cero apocalíptico sin retorno, donde los cuatro jinetes del apocalipsis son: La crisis ecológica, las consecuencias de la revolución biogenética, los desbalances del mismo sistema (problemas de propiedad intelectual, escasez de bienes básicos), y el crecimiento explosivo de las divisiones sociales y exclusiones. Nuestra conciencia trata de aceptar el apocalipsis mediante las mismas fases elaboradas por Kübler-Ross. La primera reacción es una Negación ideológica (no hay ningún desorden fundamental); en una segunda etapa explotamos de Rabia por las injusticias del nuevo orden mundial; luego el Regateo para ver que podemos cambiar (vemos la factibilidad de cambiar esto o aquello); cuando eso falla, la Depresión es inevitable. Pasando ese punto cero, el individuo ya no lo ve como una amenaza, sino como una oportunidad para un nuevo comienzo. La Aceptación.

“Este libro es un libro de lucha. No lucha contra los actuales individuos corruptos, sino contra quienes ostentan el poder en general, contra su autoridad, contra el orden global y la mistificación ideológica que lo sustenta”. “Quizás tal como planeta Badiou, mejor luchar y que sea una catástrofe, que vegetar en este ser hedónico. El problema es que el precio que usualmente pagamos por vivir, es nuestra vida”


Negación: La utopía Liberal

En buscar saber y entender que es la ideología, debemos interiorizarnos en como se comporta el hombre con su entorno, especialmente con los otros hombres. Un filósofo que intento determinar obscenamente lo subyacente a toda regla escrita y moral entre los hombres fue Kant. Pero en sus “imperativos categóricos” olvida la importancia e influencia de otro agente en la determinación del bien y el mal: el del filósofo. El filósofo traspasa al gobernante su ideología, la cual puede dar para todo y lo puede justificar todo. Pero lo importante en la lucha de las ideologías por el poder, representada muchas veces a través de la historia, como aquella entre Legalistas y Confucianos en la antigua China, es que en definitiva la “verdad” de la ideología no importa, lo que importa es cómo funcionan los rituales y mitos ideológicos, su rol en sostener el orden social. En definitiva como traspasan el plano filosófico al mundo material.
En este proceso de construcción del orden social, es importante tomar en cuenta que hay muchas partes del proceso que no podemos desechar. Hay muchas cosas que son superfluas en retrospectiva,  pero que obligatoriamente para que sean superfluas deben suceder. El proceso de la dialéctica es más refinado de lo que parece. Uno puede llegar a la verdad última al final de la serie de errores, por lo que estos errores no pueden descartarse simplemente, sino que están yacentes a la verdad final. Esta noción estándar pierde el concepto de que estos momentos previos no son superfluos. La paradoja presente en “la máquina del tiempo” (donde el cambio en el pasado afecta al tu pasado mas temprano), mistifica el circulo de la economía simbólica, donde el efecto precede a la causa, es decir, en retrospectiva la crea.
Todo esto nos lleva finalmente al seno de la Utopía Liberal. Para el liberalismo, al menos en su forma radical, el deseo de someter a la gente a un ideal ético que se tiene por universal es un crimen que contiene todos los crímenes, “la madre de todos los crímenes”. La imposición del propio pensamiento en otros es la causa del desorden civil. Es por eso, si queremos la paz social, lo primero que hay que hacer es librarse de la “tentación moral”.
En general hay dos tipos de liberalismo, supuestamente opuestos entre ellos. El liberalismo económico y el político (multicultural). La vocación de la tolerancia en el liberalismo multicultural, resiste al liberalismo económico al intentar proteger al vulnerable de las fuerzas del mercado. Todo esto crea una paradoja. Tenemos a la derecha apoyando la economía de mercado, rechazando a su vez la cultura y desintegración de la familia que esta misma economía genera.
El verdadero centro de la visión liberal, es que este se ve a si mismo “la política de la menor maldad”. Esta visión es sostenida por una idea profundamente pesimista de la naturaleza humana. Si intentamos construir un modelo basado en la bondad, reinará el caos. Pero la modesta negación del orden liberal a las utopías termina con la imposición de su propia utopía de libre mercado, la cual se hará realidad cuando todos nos subyuguemos al mercado. El problema es que mientras más la visión pesimista del ser humano permanece en la sociedad, más oponentes crea.
Sara Ahmed critico mi postulado de que “empíricamente” el liberalismo multicultural es hegemónico. Ella reforzó la diferencia de la idea de hegemónico (ilusión ideológica) y el real hegemónico.  La hegemonía no puede otorgarse como hecho, debido a que involucra apariencia, fantasía e ilusión.

Cuando yo establezco que el multiculturalismo es hegemónico, sólo estoy diciendo que es hegemónico como ideología, no que describe la realidad de la forma predominante de las relaciones sociales – es por lo demás porque yo lo critico tan ferozmente.
La única verdad inaguantable para un liberal multicultural es que otro se convierta realmente en alguien como uno, manteniendo aún sus propios aspectos específicos.
Comparto totalmente con el principio general de que “las hegemonías son reiteradamente presentadas como posiciones minoritarias, como defensa de lo que se percibe una posición hegemónica”. La celebración hoy en día de las minorías y marginados es la posición predomínate mayoritaria.
Pero ¿en que quedó la ideología? El análisis de los tramas de las películas se mueven en un nivel de lo que nos vemos tentados a llamar ideología constituida, siguiendo la distinción de Badiou entre dos tipos (niveles) de corrupción en democracia: la corrupción empírica de facto y la corrupción que pertenece a toda forma de democracia al negociar políticamente un conjunto de intereses privados. De manera homóloga, podríamos distinguir entre ideología constituida (manipulaciones empíricas y distorsiones a nivel de contenido) y ideología constitutiva (la forma ideológica que provee de las coordenadas del espacio mismo en donde el contenido está localizado). 
Hoy día, este nivel fundamental de ideología constitutiva asume el disfraz de su oponente mismo: la NO IDEOLOGÍA. Habla sobre la lucha entre la verdad y la mentira, personificada en grandes películas de Hollywood.
La gran popularidad del “Caballero de la Noche” nos apunta al hecho real de que realmente toca el nervio de nuestra constelación político-ideológica: lo indeseable de la verdad. Nuestra civilización esta basada en la mentira. La pregunta a hacerse hoy es por qué, en este preciso momento, necesitamos renovar la necesidad de mentir para mantener el sistema social?
El Caballero de la noche es una señal de una regresión ideológica global, de la cual uno esta tentado a usar el nombre de: la destrucción de la razón. Una de las mejores maneras de detectar cambios en la constelación ideológica es comparar consecutivos remakes de las mismas historias.  Acá analiza las cuatro versiones de “Soy Leyenda”. Con el paso de los remakes se pierde la autentica experiencia multicultural que construía la obra original. El darse cuenta de que la tradición de uno no es mejor que las que nos parecen las “excéntricas tradiciones” de los otros. Como Descartes dijo, los que no piensan como nosotros no necesariamente son bárbaros, aún más pueden pensar eso más fuertemente de nosotros. La ironía es que esta dimensión desaparece precisamente en nuestra era, en donde la tolerancia multicultural ha sido elevada a una ideología oficial.
Cuando incluso los productos de una presuntamente liberal Hollywood  muestran la mas descarada regresión ideológica, se necesitan más pruebas de que la ideología esta viva y pateando en nuestro mundo post ideol ssss ﷽﷽﷽﷽a y pateando en nuestro mundo post ideolod  tolerancia multicultural ha sido elevada a una ideolog, que celebra la autógico?  No debería sorprendernos entonces que existe ideología en lo más puro aún: los monitos animados. “La verdad tiene la estructura de la ficción”
He aquí nuestra conclusión. El sentido común nos dice que la vida real de las personas, de gente real con su riqueza de experiencia y práctica, no puede ser reducido a una “espontánea” personificación de la ideología. Sino es este recurso del modo de vida no-ideológica el que debemos abandonar.

Rabia: La actualidad de lo Teológico-Político

El libro de Alan Weisman “El mundo sin nosotros” nos ofrece la visión de lo que pasaría si la humanidad solamente desapareciera de repente de la Tierra. La diversidad de la naturaleza florecería de nuevo, con esta naturaleza colonizando gradualmente los artefactos humanos. El mejor ejemplo de esta fantasía es Chernobyl. Un contrapunto de este fantasismo, que descansa en la noción de que la naturaleza es balanceada y posee un ciclo armónico destrozado por los seres humanos, es la tesis de un cientista medioambiental, que mientras uno no este seguro de los finales resultados de las intervenciones humanas en la geósfera, una cosa es segura: si los humanos tuviesen que parar su inmensa industrialización para que la naturaleza retome su balance, el resultado sería el total quiebre. Una inimaginable catástrofe. La “Naturaleza” en el mundo ya está adaptada al hombre. La Cesación de esta intervención será un desbalance aún mayor.

De esto nace lo que Chesterton llamaba “Pensando al revés”: Tenemos que ir atrás en el tiempo, antes de que las decisiones claves hayan pasado o antes de los accidentes que ocurrieron y generaron el estado que es normal ahora para nosotros; y la forma de hacer eso, de hacer palpable este momento abierto de decisión, es imaginar como, a ese punto, la historia pudo haber tomado un diferente rumbo.  Es decir, volvemos en el tiempo al momento de la decisión para tomar la decisión correcta. Solo podremos tomar la decisión correcta una vez que hayamos tomado la mala. Sólo en una segunda oportunidad. Sólo la primera elección crea las condiciones para la decisión correcta.

En su “Fenomenología del Espíritu”, Hegel menciona el “ondeo silente del espíritu”: El trabajo subterráneo del cambio de las coordenadas ideológicas, casi invisible al ojo del publico, que inesperadamente explota a la vista , tomando a todos por sorpresa. Esto pasó en la Ex – Yugoslavia, donde cuando todo exploto a finales de los 80, el consenso ideológico se había podrido y colapsado en si mismo.
¿Pero por qué este aumento de violencia étnica y religiosa justificada hoy? Porque vivimos en una era que se percibe a si misma como post-ideológica. Dado que nuestras grandes causas públicas no pueden ser movilizadas, dado que nuestra ideología hegemónica nos llama a disfrutar y llenar la vida, es difícil para la mayoría de los humanos sobrellevar su repulsión de torturar y matar a otros seres humanos. Dado que la mayoría es espontáneamente moral en este sentido, una causa mayor, “sagrada”, es necesaria, que hará que las preocupaciones individuales de matar parezcan triviales. La pertenencia Religiosa o Étnica se ajusta a ese rol perfectamente.
Salvo excepciones patológicas, la mayoría necesita estar “anestesiado” contra la elemental sensibilidad  del sufrimiento ajeno. Los ideólogos religiosos plantean que, sea verdad o mentira, la religión puede hacer que las malas personas hagan buenos actos y las buenas, malos actos.


Esto es, sin embargo, sólo una parte de la historia de ser religioso. El amor y odio están muy relacionados. Se asume en la cultura popular que son las dos caras de la misma moneda. Pero el odio y el amor no son simétricos. El amor emerge en la indiferencia universal (soy indiferente con todos, excepto contigo), mientras que el odio surge de un amor universal. El cristianismo se basa fundamentalmente en esta dualidad de odio y amor. Y en el odio justificado. Que mejor ejemplo de las palabras de Cristo “No vine a traer paz, sino una espada”

La Cristiandad es anti-sabiduría: la sabiduría nos dice que todos los esfuerzos son en vano, que todo termina en el caos, mientras que la cristiandad locamente insiste en lo contrario. El amor, en su sentido cristiano, es claramente no sabio. Pablo dice “destruiré la sabiduría del sabio” (sabiduría entendida como la aceptación realista de cómo son las cosas). Con respecto al orden social, esto (evangelio según Pablo) significa que la autentica tradición de apocalipsis cristiana rechaza la sabiduría de que algún tipo de orden jerárquico es nuestro destino, en el hecho de que cualquier intento de crear un orden igualitario terminará necesariamente en una destrucción horrible. Agape como amor político significa que un amor incondicional al vecino puede servir como un fundamento de un nuevo orden. La forma en que aparece este nuevo tipo de amor, se llama apocalipsis milenario o también comunismo: la urgencia de realizar un nuevo orden social igualitario de solidaridad.  El amor es la fuerza de esta enlace universal, que en una emancipación colectiva, conecta a las personas directamente, con sus singularidades, bypaseando sus determinantes jerárquicos particulares.
Respecto al capital. Las fuerzas productivas que aparecen ante nosotros como sólo medios para satisfacer nuestras necesidades y deseos, también efectivamente hacen andar cosas: el verdadero objetivo del proceso es el fin en si mismo, es el desarrollo de las fuerzas productivas, y la satisfacción de nuestras necesidades es sólo un medio para ese desarrollo. Consecuentemente no podemos decir que el capitalismo se sustenta por la avaricia de algunos capitalistas, dado que esa avaricia esta subordinada al hecho impersonal de la reproducción y expansión del capital. Lo que estamos tentados a decir es entonces que necesitamos más, no menos iluminado egocentrismo. En el tema ecológico no necesitamos amor por la naturaleza, sino un muy buen calculado egocentrismo de largo plazo.
El capitalismo funciona así, esta es la eficiencia material de la ideología capitalista: aun cuando uno sabe como son las cosas, seguimos actuando de acuerdo a falsas creencias. Es esto, al final , lo que es la cultura? Una de los mas elementares dotes de la cultura es saber cuando (y como) pretender que no se sabe (o no se ha visto), como seguir adelante y actuar como si algo que paso no ha pasado.

De acuerdo a la sabiduría post moderna, no existe una realidad objetiva: la realidad consiste en un múltiplo de historias que nos contamos a nosotros mismos sobre nosotros mismos.  Para conocer una sociedad, no es necesario conocer solo sus reglas explicitas, también necesitamos saber como aplicar esas reglas: cuando o no usarlas, cuando violarlas, cuando rechazar una oferta.. El uso de esas reglas cambiaron completamente en la unión soviética luego de la caída del muro por ejemplo.

El siglo americano esta casi terminado, y nos encontramos en un periodo caracterizado por la formación de múltiples centros del capitalismo global. US en su neoliberalismo, Europa con su estado de bienestar, China con sus “valores orientales” y capitalismo autoritario, América Latina con su capitalismo populista. Desde el fin la imposición de US como la única superpotencia, tenemos la necesidad de establecer reglas de interacción entre estos centros locales en caso de conflictos de interés.
Es por eso que este nuevo orden, más que tranquilizarnos, nos plantea mayores peligros que la pasada guerra fría.

Kant planteo la necesidad de tener fuerzas supranacionales que mantengan el orden en el mundo. Europa se ha conformado a base de esos principios, dejando de lado su desarrollo militar, para construir un orden democrático desde su seno.  (Eso si descansa en que US haga el trabajo sucio). Hoy día este policentrismo se refleja hasta en el éxito de las películas no americanas. Estamos en el fin de la era del sueño americano. ¿Tenemos más opciones que el sueño americano o el autoritarismo chino? Quizás si, y Europa es la respuesta. Quizás deberíamos construir un concepto del sueño europeo.  

Regateo: El retorno de la crítica de la Economía Política

Badiou ha descrito tres maneras en que los movimientos revolucionarios pueden fallar. Primero esta la derrota directa: la destrucción por parte de la fuerza enemiga. Luego esta la derrota en la victoria misma: el movimiento triunfa sobre el enemigo (temporalmente) solo para retomar la agenda de este ultimo. Finalmente está las mas auténtica, y a su vez la mas terrible forma de fallar: guiados por el correcto instinto de que cualquier consolidación de una revolución en el poder del Estado resulta en su traición, dado la imposibilidad de inventar o imponer una nueva forma de orden social, el movimiento revolucionario se enmarca en una estrategia de proteger la puridad a través del terror destructivo de una ultra izquierda. Por lo tanto podemos tener miedo a ganar. No nos atrevemos a ganar. Para Badiou uno no debe querer ganar el poder político, sino mantenerse al margen del mismo y crear poderes y espacios sustraídos del Estado.

Esto nos lleva a la destitución de Badiou de la crítica de la Economía Política: Dado que su concepción de la economía es como una esfera particular del ser social positivo, la excluye como un lugar posible de los eventos verdaderos. Sin embargo, una vez que hemos aceptado que la economía es siempre economía política, un sitio para la lucha política, en otras palabras que su despolitización, su estatus como esfera neutral de “servicio a lo bien”, es en si mismo el resultado de una lucha política; por lo tanto el prospecto de la repolitización de la economía esta todavía abierto. El resucitamiento de la “crítica de la economía política” es el sine qua non de las políticas comunistas contemporáneas.

Badiou reduce las clases a partes de un cuespo social, olvidando las lecciones de Althusser, quien dice que la “lucha de clases” precede a las clases ya que las determina, es decir que cada posición y determinación de clases es un efecto de la lucha de clases. (Es por esto que la “lucha de clases “ es otro nombre para decir que las “sociedad no existe”, no existe como un ser positivo de orden) Es por eso todavía crucial insistir en el rol central de la critica de la economía política: la “economía” no puede ser reducida a la esfera del “ordenamiento del ser” positiva, precisamente dado que ya es política, dado que la “lucha de clases” esta en su corazón. En otras palabras, lo que siempre deberíamos tener en mente es que, para un verdadero marxista, las clases no son categorías de una realidad social positiva, partes de un cuerpo social, sino categorías de lo real de una lucha política, la cual traspasa el cuerpo social entero, previniendo su “totalización”. Lo que esto significa es que no podemos reducir “ la lucha de clases” a un conflicto entre agentes particulares dentro de la realidad social: no es una diferencia entre los agentes, sino un antagonismo que constituye a esos agentes.

Proletarios o rentistas

Habla de la introducción de la renta ciudadana mínima hecha en Brasil como un concepto de socializar la renta en la sociedad. Privilegiar a todos sobre los que no existen. Para muchos esto se compara con la abolición de la esclavitud o la adopción del sufragio universal. La idea de Parijs es que la sociedad capitalista al ofrecer un sustancia e incondicional ingreso básico a todos sus miembros, va a ser capaz de reconciliar igualdad y libertad, resolviendo el viejo punto muerto donde mas de uno implicaba menos del otro.
La única posible justificación moral para el capitalismo, recae en su productividad que provee el mayor ingreso básico sustentable. Por lo tanto, para Parijs es esta tercera vía que provee de la productividad del capitalismo, pero se le tributa para proveer a los pobres. En esta sociedad uno puede elegir no trabajar. En este caso los parásitos no están en lo alto de la pirámide, sino bajo ella. Debemos estar atentos a la presuposiciones detrás la solución de ingreso básico: primero nos mantenemos dentro del capitalismo, la producción social se mantienen predominantemente capitalista, y la redistribución es impuesta desde afuera por el estado.

El “realmente existente semi-socialismo” de Europa esta llegando a su límite. A pesar de que nuestras sociedades prosperan a través de la redistribución de las riquezas generadas por una minoría creativa, ambos polos políticos niegan este hecho: la izquierda lo niega porque, de admitirlo, debe aceptar que la izquierda misma vive de la explotación de los ricos y exitosos; y la derecha lo niega, por que si no hiciese, debería aceptar que realmente forma parte de la izquierda social-demócrata. Este contrato popular entre la mayoría y la minoría productiva, hoy con la migración e intercambio global, es de menos en menos funcional. Todo esto esta planteado por Sloterdijk. Pero igual la crisis mundial nos dice lo contrario. No es que los grandes genios pagan por lo flojos, sino mas bien los que imponen pagan por las fallas de estos grandes genios. Es en la esencia del capitalismo que esta el problema, no en el sentimiento igualitario de la izquierda. El capitalismo se basa en que mientras mas abarques, más necesitas.

Pero la coyuntura histórica de hoy, no nos obliga a botar la noción del proletariado, o la posición del proletariado, por el contrario, nos llama a radicalizarla en un nivel existencial por sobre la imaginación de Marx. Necesitamos una noción más radical del sujeto del proletariado. El problema es el alza del trabajo “intelectual” (conocimiento científico)   a una posición hegemónica, acaba con la visión estándar de explotación, dado que no es más la noción tiempo-trabajo la medida ultima de valor. Por lo que el concepto de explotación debe ser re-pensado.
El rol menguante del trabajo físico directo esta gradualmente cambiando la motivación a la huelga. Esta es la posibilidad no pensada por Marx: el mismo proceso del levantamiento de un “intelecto general”, y de la marginalización de el trabajo físico medido por tiempo, en vez de socavar el capitalismo por medio de dejar sin sentido a la explotación capitalista, puede ser usado para hacer a los trabajadores más impotentes e indefensos, usando su potencial inutilidad como una amenaza a ellos mismos.

Depresión: El Trauma Neuronal

¿Qué hace a nuestro momento histórico único? Plantea el concepto de una nueva forma de violencia abstracta (no intencionada directamente), como son las crisis económicas o los tsunamis. Hoy, nuestro realidad socio-política nos impone múltiples versiones de intrusiones externas, traumas, que son sólo eso, interrupciones brutales pero sin sentido que destruyen la textura simbólica de la identidad del sujeto. Primero, hay violencia física externa, el terror del terrorismo, de las guerras, de la violencia en la calle, de las catástrofes naturales. Después tenemos la destrucción “irracional” (sin sentido) de la base material de nuestra realidad interna (tumores cerebrales, Alzheimer, etc..), que pueden cambiar y destruir finalmente la personalidad del individuo. Finalmente están los efectos destructivos de la violencia socio-simbólica (la exclusión social) Para algunos este tipo de violencia es una esporádica intrusión, pero para otros en constante guerra, como Sudan, es cosa de todos los días.
Si el siglo veinte fue el siglo de Freud, donde nuestras peores pesadillas eran fruto de las vicisitudes de nuestra libido; el siglo XXI será el siglo del sujeto desanclado post-traumatizado, por la guerra, los desastres, etc…
Lo peculiar es que es victima de algo sin sentido, sin interpretación. La causal política se fusiona con la natural y ya no sabemos cual es la causa. El capitalismo global genera por lo tanto, una nueva forma de enfermedad que es a su vez global, indiferente a las más elementales distinciones como aquellas entre cultura y naturaleza.

De este proceso traumático no emerge una transformación del antiguo sujeto, sino uno nuevo que contiene mucho del anterior. Una teoría Hegeliana del trauma.

En el ámbito moral hemos abusado de una vacuna moral. Esta vacuna moral (donde otorgamos a otros la responsabilidad de la transgresión moral que vemos) es uno de los elementos de los tiempos apocalípticos que estamos viviendo. Estamos en un proceso de proletarización donde vamos a un punto apocalíptico.: Quiebre ecológico, la reducción del humano biogenéticamente a maquinas manipulables, control digital total sobre nuestras vidas. En todos estos niveles, las cosas se están acercando a un punto cero, “el fin de los tiempos esta cerca”.
Ed Ayres dice, “Estamos siendo confrontados a algo tan completamente fuera de nuestra experiencia colectiva, que no nos damos cuenta realmente, aún cuando la evidencia es sobrecogedora. Para nosotros ese “algo” es un bombardeo de enormes alteraciones físicas y biológicas que nos han estado sustentando”. El nombra cuatro espinas en el proceso de desarrollo que se están acercando a ese punto cero de explotación, donde el cambio será cualitativo: El crecimiento de la población, el consumo de recursos, las emisiones de carbono, y la extinción de las especies. En concordancia con esta amenaza, nuestra ideología colectiva esta movilizando mecanismos de disimulación, que incluye la voluntad de ignorancia.
Se crea una paradoja entre el conocimiento y la creencia. Sabemos que la catástrofe ecológica es posible, incluso probable, pero no creemos que realmente pasará.
Es en este sentido que el capitalismo global explota las catástrofes  para liberarse de las “viejas” restricciones e imponer su agenda de “limpiar la pizarra”.  Quizás las crisis que se nos vienen, en vez de terminar con el capitalismo, sea un empuje para el mismo.

Nos hemos vuelto, según Dipesh Chakrabarty, ya no en una especia que se relaciona con la naturaleza, como siempre lo hemos hecho, sino más bien como una fuerza de la naturaleza. Nos convertimos en agentes geológicos del planeta. Esto debido a que podemos afectar los balances de la vida en la Tierra, por lo tanto una nueva era geológica ha comenzado, bautizada por algunos científicos como Antropoceno. Lo que tenemos que hacer es forzarnos a mirarnos y percibirnos en estas condiciones como una especie, una de las especies en la Tierra. El modo de nuestra sobrevivencia depende solamente de la madurez de nuestro razonamiento colectivo. Pero los científicos que hablan del Antropoceno dicen lo contrario,. Ellos argumentan de que como los humanos constituyen un tipo particular de especie que puede, en el proceso de dominar al resto de las especies, adquirir el estatus de una fuerza geológica. Los humanos nos hemos convertido en una condición natural, al menos hoy.
El contraargumento Marxista aquí es porque pesar en términos de especies, si lo que nos trajo a la crisis fue el desarrollo del capitalismo.

Con la idea de los humanos como una especie, la universalidad de la humanidad se cae en la particularidad de cualquier otra especie. El calentamiento global no hace darnos cuenta que no somos distintos a otras especies. Nuestra sobrevivencia depende de ciertos parámetros naturales que nosotros normalmente damos por dados. La lección del calentamiento global es que la libertad de la humanidad es posible sólo bajo un soporte de parámetros naturales estables de vida en la tierra. Los humanos pueden hacer “lo que deseen” siempre y cuando esos actos sean marginales, tal que no perturben las condiciones naturales. La limitante de nuestra libertad, que es palpable con el calentamiento global, es el resultado paradojal de nuestro crecimiento exponencial  de nuestra libertad y poder.
La naturaleza entonces, literalmente se convierte en una categoría socio-histórica, dado que la actividad humana afecta sus básicos componentes. Lo que aquí se socava es la distinción básica entre naturaleza e historia humana, de acuerdo a que la naturaleza ciegamente sigue su curso, y solo tiene que explicarse, mientras que la historia humana debe ser entendida. En la historia nosotros confrontamos los resultados con nuestros actos, hoy pasa lo mismo con la naturaleza.

Chakrabarty aquí pierde el foco de la real relación dialéctica entre los parámetros geológicos básicos de la vida en la Tierra y las dinámicas socio-económicas del desarrollo humano. Obviamente los parámetros de nuestro medioambiente son independientes del capitalismo y del socialismo, son una amenaza potencial a todos nosotros, independiente del desarrollo económico, el sistema político, etc. Sin embargo, el hecho que la estabilidad ha sido amenazada por las dinámicas del propio capitalismo tiene una implicancia mayor. El todo contiene a sus partes, y la vida en la tierra, contiene a los medios de producción desarrollados por una de sus especies. Para salvar lo universal, debemos comenzar por lo particular, específicamente el modelo de desarrollo capitalista. La llave al problema ecológico, no reside en la ecología. El mundo se abalanzó unidamente a salvar a los bancos, en vez que a nuestro planeta. Estamos mas cerca de la catástrofe que de cambiar el modelo que la produce.

Existen hoy al menos tres versiones del apocalipsismo: el fundamentalismo cristiano, el New Age, y el tecno-digital post-humano. A pesar de que comparten la noción básica de que la humanidad está llegando a un punto cero de transmutación radical, sus ontologías respectivas difieren radicalmente. Los apocaliptianos tecno-digitales (Rail Kurzweil) se mantiene dentro de los confines del naturalismo científico, e identifica al nivel de la evolución de las especies humanas los contornos de su transmutación a lo post-humano. El apocalipsismo del New Age da a esta transmutación un giro espiritualista, interpretándolo como el cambio de un modo de “consciencia cósmica” a otro. Finalmente, los fundamentalistas cristianos leen el apocalipsis en términos bíblicos, buscando signos de que la batalla final entre cristo y el anti-cristo está por llegar, y por lo tanto las cosas se acercan a un punto crítico.    

Aceptación: La causa recuperada

Lo que efectivamente pasó después del 68, fue el alza de un nuevo “espíritu del capitalismo”: La estructura Fordista jerarquizada del proceso de producción fue gradualmente abandonada y reemplazada por una forma de organización basada en red fundada en la iniciativa del empleado y en la autonomía del lugar de trabajo. Este nuevo “espíritu del capitalismo” recupero la retorica igualitaria y antijerarquica del 68, presentándose a si misma como una revuelta libertaria contra las organizaciones sociales opresivas del capitalismo corporativo y el socialismo “realmente existente”.
Uno de los aspectos del 68 que el capitalismo cultural ha incluido en su seno es el de “libertad de elegir”. Respecto a ello podemos distinguir entre libertad formal y real. La libertad formal es aquella en donde somos libres de elegir dentro de las coordenadas de las relaciones de poder existentes. Libertad real, es cuando podemos cambiar esas coordenadas. Un gerente en una crisis tiene la libertad de despedir a alguien, no de elegir si esta en crisis o no.

Vivimos en un espacio social que es visto progresivamente como falto de mundo. Dentro de ese espacio, la violencia sin sentido es la única manera que en que la protesta toma forma (según los últimos acontecimientos sociales). El capitalismo es el primer orden social que destotaliza el sentido: no existe una “visión capitalista” global, ni una “civilización capitalista” propiamente tal: la lección fundamental de la globalización es que el capitalismo puede acomodarse a todas las civilizaciones, desde la cristiana a la Hindú. La dimensión global del capitalismo sólo puede formularse al nivel de una “verdad sin sentido”, como lo “real” del mecanismo del mercado global.

Muchas veces una persona ya no puede volver atrás, su esencia se ha perdido debido a las decisiones que ha tomado.
Que es entonces lo que hay que hacer entre tres opciones: (1) la política de no hacer nada; (2) prepararse para un acto violento radical; (3) invlucrarse en intervenciones pragmáticas locales?
Primero acá debemos concentrarnos en el vinculo dialéctico que existe entre lo particular y lo universal, en donde el enfocarse en un problema aparentemente local puede desencadenar una transformación global. La perestroika es un ejemplo.

¿Qué es lo que hay que hacer? ¿Pero por qué imponer una opción previamente? Un Leninista “ análisis concreto de circunstancias concretas” nos puede dejar en claro cual es la manera de actuar correcta un una constelación dada. Algunas veces medidas pragmáticas enfocadas a problemas particulares son apropiados; algunas veces, como en las crisis radicales, una transformación de las estructuras fundamentales de la sociedad puede ser la única manera de solucionar sus problemas particulares; algunas veces, la situación donde “más cambiamos las cosas, más quedan igual”, es mejor no hacer nada que contribuir a la reproducción del orden existente.












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