Gerald Cohen
Cohen (1941-2009) fue un filósofo político marxista. Conocido por ser uno de los promotores del Marxismo Analítico y miembro fundador del grupo de Septiembre, el libro "Karl Marx's Theory of History: A Defence" (1978) defiende la interpretación del materialismo histórico de Marx mediante las herramientas filosóficas clásicas. Ha sido profesor en UCL y Oxford. Sus estudiantes se han convertido en filósofos políticos de gran trayectorias.
En su libro "Self-Ownership, Freedom, and Equality", Cohen ofrece un argumento moral extenso en favor del socialismo, contrastando con la visión de John Rawls y Robert Nozick, al articular una crítica extensa del principio de Locke de "self-ownership" y también de los principios que defienden el liberalismo. En "If You're an Egalitarian, How Come You're So Rich?", Cohen se encarga de preguntarse cuales son las implicancias de los principios de una política igualitaria para el comportamiento personal de quien las suscribe (información en base a Wikipedia).
Federico Huneeus presentará el libro "Karl Marx's Theory of History: A Defence" (1978).
Introducción al
Marxismo Analítico
Este libro, aparte de ser relevante para
entender mejor la teoría de la historia de Marx, es uno de los hitos que lanzó
la escuela del Marxismo Analítico. La idea que creó el Marxismo Analítico (MA)
fue el rechazo a la idea de que el Marxismo posee métodos intelectuales propios.
El rechazo de esa afirmación permitió una apropiación de metodologías de
corrientes ortodoxas que el Marxismo había rechazado. Este Marxismo es
analítico en el sentido amplio de la palabra (opuesto al pensamiento
dialéctico, que se adjudicaba a los Marxistas) y es analítico en el sentido
acotado de la palabra (opuesto al pensamiento holístico, que se adjudicaba
también a los Marxistas).
Las metodologías de corrientes ortodoxas usan
técnicas intelectuales que fueron desarrolladas por filosofía y ciencia sociale
occidental no-marxista. Estas técnicas fueron tildadas de analíticas porque su
uso requiere y facilita precisión en las afirmaciones y rigurosidad para los argumentos.
Se pueden distinguir tres conjuntos de
técnicas. La primera es la de la lógica y análisis linguistico desarrollada el
siglo XX por filósofos positivistas y post-positivistas (Henri de Saint-Simon, August
Comte y John Stuart Mill). La segunda es la técnica del análisis económico que
desciende directamente desde Adam Smith y David Ricardo pero que fueron
adaptadas matemáticamente dentro de la economía neoclásica por Leon Walras y
Alfred Marshall. Finalmente, está la técnica de representación de decisiones,
acciones y estrategias que se desarrolló en paralelo a la economía neoclásica.
Estas técnicas se conocen hoy como teoría de decisiones, teoría de juegos y más
generalmente, teoría de decisiones racionales. Los fundadores del MA están
asociados a cada una de estas técnicas. G. A. Cohen está asociado con las
técnicas filosóficas, Jon Elster con la teoría de decisiones racionales y John
Roemer con las técnicas económicas.
Los tres desarrollaron su trabajo de manera
paralela y se juntaron hasta conformar el MA en Septiembre de 1981. Se juntan
una vez al año desde esa fecha en Londres. En el camino se fue sumando gente
como Samuel Bowles (1987) y Joshua Cohen (1996).
Hegel: Bases de la
teoría de la historia para Marx.
Hegel tiene una concepción de la historia como
si fuera la historia del espíritu del mundo. Marx toma esa concepción, mantiene
su estructura y cambia su contenido. De acuerdo a Hegel, la historia del mundo
se divide en fases que corresponden a distintos estados de conciencia del
espíritu del mundo. La idea del espíritu es la libertad. Es su máxima
realización, su estado de conciencia último. Ahí es donde el espíritu alcanza
su potencial y manifiesta su naturaleza más profunda. El espíritu del mundo
comienza como una sola unidad, que entra en un proceso de cuestionamiento y
finalmente llega de nuevo a un estado de armonía y realización, donde los
cuestionamientos se resuelven y el espíritu se vuelve libre. La historia del
hombre es similar.
Marx toma esta idea de Hegel pero la adapta.
Dice que no es la actitud del espíritu la que desencadena el proceso de
inmersión y cuestionamiento para llegar a un estado potencial de realización.
Son las condiciones externas, la riqueza, las formas de trabajo que tenían, las
que le dan forma a la sociedad. Para Marx la dificulta del ser humano no está
en su relación consigo mismo (a diferencia del espíritu) sino de su relación
con el mundo. El progreso del mundo no es primordialmente en el desarrollo de
la conciencia propia. Este desarrollo aumenta, pero solo en función del control
creciente del ser humano sobre su entorno. Su intento de ganar control estimula
y obstruye su percepción de si mismo. La lucha del alma es reemplazada por una
lucha entre el ser humano y sus elementos, una guerra entre la reproducción del
trabajo como antagonismo entre y adentro de los seres humanos.
Inicialmente, los seres humanos viven como iguales
en una sociedad sin clases, en una acomodación primitiva con la naturaleza,
donde su trabajo no la transforma permanentemente. El ser humano no trabaja para
sí, sino para la comunidad, a la cual se siente unido. Este orden es amenazado
por el crecimiento de la población, que va acompañado de la expansión de la
producción y de la tecnología. La primera unión entre ser humano y naturaleza
se quiebra (así como se quiebra el espíritu cuando se cuestiona su naturaleza).
Los animales no son cazados, sino criados. Las verduras no son recolectadas
sino plantadas. Esta situación va generando un excedente para sostener a los
que producen. Esto permite la formación de clases: una que se dedica a labores
de organización e intelectuales, que no produce y que extrae de la producción
lo máximo que puede. Esta clase domina la comunidad como un todo. La unidad del
ser humano es reemplazada por el antagonismo de clase. Los seres humanos se
quiebran entre ellos en un proceso que parte con el quiebre del ser humano con
la naturaleza.
El capitalismo lleva la lucha entre ser humano
y naturaleza, entre seres humanos, a un fin. Completa la conquista de la
naturaleza, que es reorganizada por la historia de las industrias. Tanta
técnica y poder se encentra disponible que el trabajo arduo y el resultante
control de seres humanos sobre otros, pierde su función y una nueva integración
entre ser humano y naturaleza se vuelve posible. Esta integración será
actualizada por la clase oprimida del capitalismo: el proletariado industrial. El
capitalismo es necesario para extender el dominio del hombre sobre la
naturaleza y finalmente llevar al punto en que la lucha entre ser humano y
naturaleza se acabe. Solo en una organización capitalista podría la enorme
acumulación de poder productivo realizarse para que la liberación posterior sea
posible. Esta etapa antagonista no puede evitarse. Al mismo tiempo, esta etapa
se agota por sí sola, creando obstáculos a su propio funcionamiento.
En el comunismo primitivo, hay comunidad pero
también pobreza e ignorancia. La historia crea conocimiento y la
materialización de éste en medios de producción creadores de riqueza. Esto
divide a la comunidad en clases y fragmenta el bienestar de los individuos. El
comunismo moderno restituye la unidad original sobre el nuevo nivel material
que la sociedad de clases ha creado. La lucha de clases y el antagonismo del
ser humano con la naturaleza, llega a su fin.
Si se quisiera poner a Marx y Hegel frente a
frente, Hegel diría:
“History is the history of the world spirit (and, derivatively human consciousness) which undergoes growth in self-knowledge, the stimulus and vehicle of which is a culture, which perishes when it has stimulated more
growth than it can contain”.
Marx, por su cuenta, diría:
“History is the history of human industry (and, derivatively human consciousness) which undergoes growth in productive
power, the stimulus and vehicle of which
is an economic structure, which
perishes when it has stimulated more growth than it can contain”.
Otra manera de verbalizer lo
último es: “No social order perises before
all the productive forces for which there is room in it have developed”.
Pero hay una diferencia importante entre estas
dos miradas. La de Hegel es una lectura de la historia, una interpretación. Lo
de Marx es algo más que eso, que busca entender las dinámicas internas, los
incentivos. Es una teoría de la historia.
Desarrollo de la
Teoría de la Historia de Marx
Esta teoría es una defensa del determinismo
tecnológico de Marx. Esto representa la idea de que las estructuras sociales y
el cambio social son explicados como adaptaciones al progreso tecnológico. Cohen
dice: “It is an old-fashioned historical
materialism which I defend, a traditional conception in which history is,
fundamentally, the growth of human productive power, and forms of society rise
and fall according as they enable or impede that growth. . . The productive
forces enjoy explanatory primacy ... We shall propound what is called a
"technological" interpretation of historical materialism.” Cohen demuestra que ésta era efectivamente
la visión de Marx, cosa que se discute mucho entre marxistas. La teoría de Cohen es defender el determinismo
tecnológico. Su principal tesis sobre Marx se representa en la siguiente frase:
In the social production of their existence, men inevitably enter into
definite relations, which are independent of their will, namely relations of
production appropriate to a given stage in the development of their material
forces of production. The totality of these relations of production constitutes
the economic structure of society, the real foundation, on which arises a legal
and political superstructure and to which correspond definite forms of social
consciousness. The mode of production of material life conditions the general
process of social, political and intellectual life. It is not the consciousness
of men that determines their existence, but their social existence that
determines their consciousness. At a certain stage of development, the material
productive forces of society come into conflict with the existing relations of
production or – this merely expresses the same thing in legal terms – with the
property relations within the framework of which they have operated hitherto.
From forms of development of the productive forces these relations turn into
their fetters. Then begins an era of social revolution. The changes in the
economic foundation lead sooner or later to the transformation of the whole
immense superstructure. Prefacio a “A Contribution to the Critique of
Political Economy”, KM 1859.
Las fuerzas productivas son, para Cohen, los
elementos para crear bienes materiales usables. Estos elementos son herramientas,
fuerza laboral, conocimiento científico y conocimiento organizacional. Estas
son fuerzas productivas si es que se usan para alcanzar las necesidades del
proceso de producción (el conocimiento organizacional es una fuerza productiva
si se usa para organizar la producción del acero, no si es que se usa para
mantener a la fuerza laboral disciplinada). El nivel de desarrollo de las
fuerzas productivas es la productividad de la fuerza laboral cuando esas
fuerzas productivas son usadas en su estado más eficiente.
La historia, para Cohen, es la historia de la
correspondencia y conflicto entre fuerzas productivas materiales y relaciones
sociales de producción. Estas relaciones sociales son relaciones de poder
efectivo sobre las personas y fuerzas productivas, que gobiernan el proceso de
producción. La clase de una persona es determinada por su relación de
producción. Por ejemplo, como dice Cohen, control de la fuerza laboral de uno,
combinado con la ausencia de control de los medios de producción o de la fuerza
laboral de otros, es el determinante básico del proletariado. La suma de las
relaciones sociales de producción en una sociedad es su estructura económica. Las
estructuras económicas son clasificadas de acuerdo a la relación de producción
en que está el participante directo de la producción (ej: esclavos, proletarios).
Cohen usa estos conceptos para presentar su
visión de Marx: “Las fuerzas productivas
tienden a desarrollarse en la historia”. Y estas fuerzas son independientes
de las influencias que vienen de las relaciones de producción. Su principal
fuente es el deseo de individuos racionales de sobreponerse a la escasez de la
naturaleza. Por lo tanto, no hay una dialéctica entre fuerzas y relaciones de
producción.
Las fuerzas de producción seleccionan las
estructuras de producción de acuerdo a su capacidad de promover el desarrollo.
La naturaleza de un set de relaciones de producción es explicada por el nivel
de desarrollo de las fuerzas de producción que es contenido por esas
relaciones. En una sociedad relativamente estable, las relaciones de producción
tienen el carácter que tienen porque, en función de ese carácter, promueve el
desarrollo de las fuerzas productivas. En una sociedad así, las instituciones
no-económicas son parte de una superestructura que tiene el fin de conferir
estabilidad a las relaciones de producción.
A medida que las fuerzas productivas crecen
dentro de una inicialmente estable estructura económica, se llega a un punto en
que las relaciones antiguas no se adaptan al desarrollo de las fuerzas
productivas. Producto de esto, las relaciones cambian. La estructura económica
adecuada viene en respuesta a las necesidades de desarrollo de las fuerzas de
producción. La superestructura se adapta a eso. Este proceso de adaptación es
la fuente principal del cambio social que proviene de causas internas (no
externas, como una guerra).
La pregunta clave es en qué punto las
relaciones de producción dejan de promover el desarrollo de las fuerzas
productiva y se convierten en trabas a si mismas. Las relaciones de producción
traban a las fuerzas productivas cuando excluyen cualquier mejor productiva
futura. Esta es una visión algo contradictoria porque podría ser, bajo esta
idea, que el capitalismo nunca sería superado porque siempre ofrecería
oportunidades de desarrollo productivo. La interpretación alternativa que da
Cohen no es que las relaciones traben completamente las mejoras productivas,
sino que la estructura económica traba las fuerzas productivas cuando una
estructura económica alternativa podría desarrollar las fuerzas de mejor manera
(incluso si es que todavía puede desarrollarse dentro la estructura vigente). El
primer concepto es de trabas absolutas y el segundo de relativas. Cohen, usa el
segundo concepto para defender el determinismo tecnológico.
La crítica que se le hace a Cohen es que en su
libro define que la relación dominante que liga a los productores inmediatos
define el tipo básico de estructura económica. De acuerdo a esta visión, el
principio del Imperio Romano y la Inglaterra del siglo XVI no tendrían
estructuras muy distintas porque el productor inmediato era en ambos casos
pequeños propietarios campesinos. Marx dice, por otro lado, que la diferencia
esencial entre varias formas económicas de sociedad descansa solo en la manera
en que la oferta laboral es extraída en cada caso del productor, el trabajador.
Es decir, en la manera en que el productor inmediato es privado del completo
uso de su producto. Bajo esta idea, el Imperio de Augusto y la Inglaterra de
Enrique VIII son esencialmente distintos porque en la primera la oferta laboral
es extraída a través de la esclavitud y en el otro, a través de la
subordinación política de agricultores libres y artesanos.
La idea general del determinismo tecnológico es
que la historia es el suceso de cómo las formas sociales cambian para facilitar
el crecimiento de la productividad de las fuerzas productivas. Una
interpretación del determinismo tecnológico de Marx debería responder tres
preguntas de manera que se le dé relevancia fundamental a las fuerzas
productivas: (1) ¿Qué determina el carácter de las relaciones sociales de producción
in sociedades relativamente estables? (2) ¿Cómo ocurre el cambio entre las
mismas fuerzas productivas? (3) ¿Qué determina el cuándo y la dirección del
cambio en las relaciones de producción?. Cohen responde, y esto representa la
interpretación del determinismo tecnológico de Cohen, de la siguiente manera:
(1) Una estructura económica estable es de su estado más básico puesto que ese
estado es el que mejor promueve el crecimiento de la productividad, dadas las fuerzas
productivas disponibles; (2) Cambios importantes de las fuerzas productivas
ocurren por el deseo y habilidad de superar la escasez de la naturaleza (y no
otra cosa); (3) La inestabilidad social fundamental es el resultado de alzas de
nuevas fuerzas productivas, que crean un nuevo estado básico de estructuras
económicas que genera mejores condiciones para incrementar la productividad. La
inestabilidad continúa hasta que la nueva estructura económica se establece, la
que mejor se adapte a las nuevas fuerzas. Estas tres respuestas se resumen en
la siguiente idea: “Forces select structures according to their capacity to
promote development” (p. 162).
¿En qué estamos hoy
con esta teoría?
Esta discusión tiene implicancia sobre política
práctica de hoy. Muchos países con poca tecnología avanzada buscan a marxistas
para que apoyen políticas de modernizar la tecnología sin empujar el
socialismo, sobre la base que es una fase preliminar necesaria para llegar al
socialismo. El determinismo tecnológico es la base de esta idea. Un argumento
marxista diría que el hecho que países como Brasil y Sudafrica tengan su PIB
per capita creciendo fuertemente a costa de pobreza y represión no es algo
negativo para el socialismo porque éste no lo haría mejor en desarrollar las
condiciones materiales y el capitalismo no está aún obsoleto en esos lugares
como para hacer las transformaciones necesarias para llegar al socialismo.
Bajo este contexto, Cohen argumenta que se
podría decir teóricamente (y los que defienden el determinismo tecnológico más radical
lo hacen) que los Bolcheviques se equivocaron por impulsar el socialismo tan
prematuramente. De hecho, se podría argumentar que la URSS fue un avance
parcial para el socialismo y un retroceso para el materialismo histórico. Cohen,
por otro lado, que representa una visión moderada del determinismo tecnológico,
dice que una sociedad puede cambiar antes que haya aprovechado todas sus
oportunidades de desarrollo tecnológico, pero si ocurre tendrá que ser mediante
luchas políticas e ideológicas, pero solo se sostendrá si es que se ha llegado
a un estado de obsolescencia tecnológica de las relaciones antiguas (donde
estas tecnologías puede ser reemplazadas por otras donde la estructura
económica produzca mejoras productivas más profundas).
Queda entonces preguntarse, a la luz de los
acontecimientos contemporáneos y de este debate, ¿qué procesos deben gatillarse
para avanzar hacia una sociedad igualitaria?
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